Un niño puede amar la música desde que está en gestación, puedes ser acercado a éste bello arte desde el prinicpio de su vida y con ello convertirlo en una persona sensible, llena de entrega a la belleza de la música y de otras obras relacionadas con el arte. Sin embargo algo es muy importante: nunca le obligues ni lo forces a que ame la música, mucho menos a que toque un instrumento, eso se dará solo y de una manera paulatina, acá te dejamos algunos consejos al respecto:
Haz todo gradualmente
Si quieres acercar a tu hijo a la música y te estás preguntando ¿a qué edad puede empezar a tocar un instrumento? Pues debes saber que eso esto puede ocurrir en alrededor de 4-5 años, pero hay que seguir un camino que podría centrarse más en el niño y sus deseos. ¿En verdad se interesa? El primer paso es acercarse a la música de una forma gradual y lúdica.
El enfoque óptimo consiste en hacerle descubrir el universo musical de una manera divertida. La voz y el ritmo son parte de una introducción a la música y las manos son una herramienta perfecta sobre todo en los primeros años de vida donde pueden estar tocando tambores.
Olvida por el momento los acordes de guitarra o regalarle un piano, recuerda que el primer instrumento es la voz humana y el ritmo del cuerpo, así que deberías empezar a interesarlo en ese sentido. Si durante esta experiencia, el niño comienza a tener un especial interés y toma atención y una dimensión musical entonces vas por el camino correcto.
La regla de oro: no hay presión
La idea de llevar al niño hacia el camino musical es una excelente idea pero cuidado: el interés del niño debe ser genuino y no una ambición o presión de parte de la familia. Siempre debes de tener en cuenta que el niño también puede decidir abandonar este camino.
Tocar un instrumento es difícil, requiere un esfuerzo y, si no es una verdadera pasión para el niño entonces se enfrentará a momentos de aburrimiento y frustración. A través de la música, también se educa al niño a «mantener» un compromiso.
¿Un compromiso diario? eso depende:
Si el niño está interesado en la música deberá tomarlo como un compromiso: en un primer momento sólo una hora y quizá una vez por semana la clase presencial con su maestro. Y, en casa, 2-3 veces a la semana y que sea parte de una actividad lúdica.
El estudio de un instrumento es una mezcla entre juego y compromiso, pero no se debe dejar todo en manos del maestro, deberá de haber presencia de los padres guiando. Si el niño está listo para el compromiso de todos los días, debe, sin embargo estar de acuerdo siempre el maestro según el ritmo de aprendizaje que considere adecuado.
En pocas palabras, la música es una experiencia para todos, incluso para aquellos que no aspiran a convertirse en un nuevo Mozart. Y en cada ciudad, hay cursos de iniciación adaptada a los niños: escuelas y métodos de estudio ideales destinados a sacar las mejores habilidades de los niños y las personas en general. El secreto, al final, es siempre la de escuchar las señales de lo que tu hijo quiere.